Es difícil de explicar.
Al principio aparece la vanidad, sentirme deseada a mi edad es algo muy intenso.
Después aparece algo de vergüenza, quienes me van a follar saben que pueden pedirme lo que deseen, eso me hace sentir pequeña, poca cosa, algo de usar y tirar sin mayor valor.
Pero luego, cuando toman posesión de mi cuerpo, cuando los pensamientos de mis folladores desconectan del día a día, de sus problemas y preocupaciones y se centran solo en obtener placer, cuando sé que yo soy quien consigue esa desconexión, esos momentos de felicidad, tal vez breves pero felices, en esos momentos me siento la persona más importante del mundo.
